La
ofensiva patronal que comenzó dejando a veinte compañeros en la calle había
producido una enérgica reacción por parte de los trabajadores que pararon
masivamente por su reincorporación. Pero tras el decreto de la conciliación
obligatoria por parte del Ministerio de Trabajo y su violación sistemática por
parte de la patronal, la directiva del sindicato hizo un denodado esfuerzo por
contener la fuerza que hubiese volcado la lucha de los trabajadores al triunfo.
La sola violación de la patronal del derecho de los veinte despedidos a volver
a sus puestos de trabajo apenas decretada la conciliación debió haber motivado
un paro por tiempo indeterminado hasta la reincorporación de los veinte
compañeros. Pero no, la directiva del gremio optó por cumplir una conciliación
que la patronal no cumplía.
Durante
el transcurrir de las audiencias de conciliación, la patronal se mantuvo
intransigente hasta el punto de llegar al fin del plazo con la propuesta de
sólo dos reincorporaciones. Mientras que a su tiempo procedía a un ajuste
interno con mayor presión sobre los trabajadores.
El
fin del plazo de la conciliación obligatoria en lugar de ser aprovechado para
retomar las acciones de lucha ante la prepotencia de la empresa, fue la
oportunidad para una extensión del conflicto bajo la forma de conciliación
voluntaria y la continuidad del dominio patronal.
Desgastaron
las fuerzas de los trabajadores del canal hasta la desmoralización de éstos,
tanto como de los despedidos a los que nunca reagruparon y mantuvieron
distantes de sus compañeros.
Osaron
presentar como un triunfo la reincorporación de nueve compañeros en una
asamblea en la que las resistencias habían quedado en minoría. No lograron
convencer a nadie de que no fuera una derrota.
EL ACTIVISMO, AFUERA
Dentro
del saldo de despidos aparece un dato relevante: ninguna mujer fue
reincorporada. El dato no es menor, entre las compañeras despedidas se
encuentran las que animaron la lucha por la separación de un abusador
conformando una Comisión de Mujeres dentro del canal que denunció el hecho y la
connivencia de la gerencia de Recursos Humanos, y que eran referentes de los
reclamos sindicales de los compañeros de sus sectores. Se trata de un caso de
discriminación gremial y de género. La lucha por la reinstalación de estas
compañeras está a la orden del día y debe continuar por todas las vías
posibles.
ALTO COSTO
Cuando
asistimos a una generalización de las suspensiones y los despidos en toda la
industria, así como también en la Televisión y mientras se celebra
una paritaria a la baja mientras la inflación galopa a más del cuarenta por
ciento, la entrega de esta lucha es un pésimo antecedente para el conjunto del
gremio.
Las
conclusiones de esta experiencia en C5N tienen que animar el reagrupamiento de
un nuevo activismo que ponga la comisión interna al servicio de la defensa de
los trabajadores e independiente de la directiva.
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