Mientras
los planes de adecuación a la Ley de Medios de Clarín, Telefé (Telefónica),
Cablevisión, o el ingreso del fondo buitre Fintech a Telecom se encuentran
completamente estancados, lo que ha comenzado a producirse es el efecto que
para la puesta en marcha de las adecuaciones adelantó el fallo de la Corte
Suprema que dictó la constitucionalidad de los tres artículos que vetaba el grupo
Clarín.
Los
artículos impugnados por Magnetto eran los que establecían los topes de
licencias que cada grupo podía tener. La protesta de Clarín contra la Ley hizo
hincapié en la necesidad de una “escala de negocio” que pueda garantizar la sustentabilidad de
los medios “independientes”. Es decir, que reclamaba poder mantener un
monopolio como el de su medida o incluso mayor como única garantía de acceso a “la libre expresión”.
La Corte
rechazó este planteo señalando que las “las restricciones al derecho de
propiedad” del Grupo Clarín “no ponen en riesgo su sustentabilidad y sólo se
traducen en eventuales pérdidas de rentabilidad”. En defensa de esa ´sustentabilidad´ de los
medios, es que la Corte en la página 46, inciso 32 de la sentencia, señala que:
“A pesar de la reducción de la rentabilidad, la compañía puede restablecer el
equilibrio en el flujo de fondos ajustando algunas variables, tales como prescindir de empleados en las
regiones que dejaría de operar, incrementar los precios del servicio y reducir
las inversiones de capital en forma proporcional a la disminución del tamaño de
la empresa”. Esta mención a los
trabajadores es la primera que aparece en torno a la ley de medios, como
variable de ajuste.
Los
despidos masivos que se han producido recientemente en C5N fueron justificados
por la patronal con el argumento de la ´reestructuración de costos´, que como podemos ver
cuenta con el aval ideológico de la Corte Suprema. Por su parte, Cristobal Lopez se encuentra fuera de la ley, así
como la autorización de la compra de medios a Hadad, Telefónica fuera de la ley
y varios etcéteras más. Pero las adecuaciones pendientes cuentan con el aval de
la justicia para emprender un ataque a los trabajadores de los medios. Parar
esta ofensiva es una tarea de primer orden para el conjunto del gremio.
JULIÁN MORCILLO
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