El pasado 29 de Abril se realizaron las elecciones de delegados en ESPN, donde por primera vez se presentó una lista clasista (la Gris) obteniendo el 37%, en oposición a la burocrática Azul y Blanca que terminó ganando con apoyo de la gerencia.
EL MIEDO COMO EJE DE CAMPAÑA
Durante toda la campaña electoral la burocracia del SATSAID militó (un hecho inédito en 10 años de gestión) sin ninguna propuesta. Fundó su campaña en estigmatizar a la lista de la Naranja de Televisión (Gris), argumentando que era del Partido Obrero y que en caso de ganar se entraría en una era de caos con despidos y la partida del Grupo Disney de la Argentina. De esta manera se puso en sintonía con la patronal de ESPN, quién organizó reuniones con sus jefes de sectores para apretar a los trabajadores para que voten por la Azul y Blanca como lo hizo durante la jornada del paro.
El voto a la burocracia se dio en los sectores menos politizados, en los trabajadores más antiguos que tienen acuerdos personales con la empresa y en los empleados jerárquicos que siguen bajo convenio. Fue un voto sin ningún tipo de convicción, un voto al “mal menor”, un voto patronal.
EL CLASISMO ASCIENDE
Los materiales publicados por la lista de la Naranja de Televisión (Gris) hicieron eje en los problemas más apremiantes y estructurales de los trabajadores de ESPN. Durante 4 días sus candidatos estuvieron en las dos bases compartiendo sus propuestas e ideas, hablando no sólo con trabajadores de ESPN sino también con los de Prom Tv y PEGSA por igual. Ambas se encargan de tercerizar la técnica y la producción propia. Las nueve propuestas que desarrollamos calaron hondo en la juventud precarizada, en los trabajadores más activos y politizados alcanzando un pico de adhesión en la base de Maipú donde la lista Gris se impuso 72 a 55 a la Azul, pero quedando afuera al no haber un reconocimiento hacia las “minorías” en un sistema de “listas únicas” completamente anti democrático que recorre toda la vida gremial dentro del Satsaid.
Liberado el proceso electoral, se presenta el desafío de llevar adelante el pliego reivindicativo aún pendiente, entendiendo que debe ser fijado un temario claro en las próximas asambleas; detallando un cronograma de realización de las mismas y fijando resoluciones discutidas y votadas por los trabajadores.
De conjunto fue un voto hacia adelante. Las únicas caretas que se cayeron fueron las de la burocracia y la patronal.
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