Este 8 de marzo las trabajadoras de televisión debemos decir presente más que nunca!
La ola de femicidios que estamos viviendo en apenas tres meses de comenzado el 2021, tiene que poner en alza al enorme movimiento de mujeres. Femicidios que cuentan con la responsabilidad pura y exclusiva del Estado y no por omisión, si no por acción. Todos los casos conocidos dan cuenta de un accionar del Estado participe con la violencia, el abuso y finalmente la muerte. La supuesta “ausencia” del Estado y la culpabilidad de una justicia patriarcal y conservadora que intentan instalar como idea en los diferentes medios no es otra cosa que una manera de desviar el debate para no decir que la mayoría de las muertes son a manos del personal del Estado y que es este mismo Estado con, Ministerio de Mujeres incluido, el que garantiza las condiciones materiales para que las mujeres trabajadoras nos encontremos bajo la línea de pobreza, sin vivienda, obligadas en muchos casos a convivir con los violentos, una educación desbastada y la salud sin las vacunas necesarias para nuestras jubiladas, enfermeras y docentes desviadas a la aplicación VIP de les amigues del gobierno
Las trabajadoras de televisión no estamos exentas de esta situación social.
Durante la cuarentena cientos de mujeres del área audiovisual se han quedado sin trabajo porque las productoras pararon sus rodajes de tiras teniendo a su favor convenios hechos a la medida de las necesidades patronales.
El gremio del SATSAID se limitó a organizar mesas chicas para conseguir bolsones de comida en vez de organizar el paro general del gremio ante tan grave situación.
Las que contaron con una suerte de continuidad laboral trabajaron (y trabajan) sin parar un solo segundo, desde el inicio de la pandemia, con todos los riesgos que eso implica. Somos les trabajadores esenciales del entretenimiento.
La situación de las mujeres de tv se agrava porque además de contar con salarios por debajo de la canasta familiar, sufrimos el acoso laboral y sexual permanente, en un medio donde se naturaliza a la mujer como objeto.
El Sat y la comisión de mujer y familia, (ligando a la mujer con la responsabilidad familiar, todo muy moderno...) anuncia la aplicación de las licencias por violencia de género que necesitamos que llegue a todos los lugares de trabajo y que sean protocolos discutidos con el conjunto de las trabajadoras.
El acceso al aborto legal por parte de las trabajadoras de TV en las prestadoras catolicas de nuestra obra social, esta en riesgo y requiere de una camapaña foribunda por la separacion de la iglesia del Estado.
La falta de guarderías o subsidios acordes al pago de las mismas, en un contexto donde la vuelta a clases no solo no tiene ningún resguardo sanitario, sino que también los protocolos de jornadas reducidas no colaboran con les trabajadores que vamos a trabajar a diario y salir al aire. Una situación que atravesamos las mujeres y los hombres que tenemos hijes.
Se suma que las mujeres ganamos menos que los hombres en la tv teniendo en cuenta que la mayoría de los puestos ocupados por nosotras pertenecen a las categorías más bajas. Las posibilidades para ascender y ocupar puestos de mayor categoría, sobre todo en las áreas técnicas, en general se ponen a disposición de la rosca y los contactos de amigos, en vez de ofrecerlas de manera abierta y concursable para el personal de cada señal.
Frente a la pandemia femicida, el gremio del SAT perteneciente a la corriente federal de la CGT, junto a la mayoría de las organizaciones gremiales y el feminismo cooptado al Estado, llaman a una movilización viciada de elogios al gobierno. El paro de mujeres en la tv quedó en manos de las patronales como las Grupo Octubre que invita a sus empleadas a parar mientras que el sindicato jamas llamo a una asamblea de mujeres para al menos evitar tal oxímoron de la historia de la lucha de clases. Es más, muchas mujeres de este grupo están parando en página/12 porque el sueldo no alcanza. Una lavada de cara feminista que oculta toda la precariedad que caracteriza al sindicalismo empresario de Santamaria.
Más que nunca es necesario llamar a la participación de las trabajadoras de TV este 8M y levantar un programa independiente frente al fracaso del Estado. Además de reclamar por nuestras condiciones laborales, debemos sumarnos a la exigencia de la creación de consejos autónomos de las mujeres, independiente a los gobiernos y sin ataduras para que las mujeres contemos con espacios de organización y debate frente a la acción femicida del Estado.
El movimiento de mujeres que conquistó el aborto legal bajo los métodos históricos de lucha y la independencia política, que levanta la bandera de la responsabilidad del Estado ante las violencias y que ha sido gesta de grandes movilizaciones en los últimos años a nivel mundial, debe marchar masivamente por sus reivindicaciones sin subordinarse a ningún gobierno.
Gabriela Pachi
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